domingo, 30 de junio de 2013

 
La lectora en un prado en flor de Claude Monet
Plenitud de Gioconda Belli
 

Hoy me siento como un árbol
que se supiera mujer:
Ya no quebradiza rama
sino rotunda intuición,
 y la sólida certeza 
de saber dónde es que estoy.
 
Las raíces de mi cuerpo
han bendecido el amor.
He florecido en la espuma
regada por la pasión,
por el semen generoso de la vida
y el dolor.
 
Aprendí que las derrotas
cicatrizan como heridas
y que se vuelve a la lucha
si se retoman las bridas.
 
Hoy me siento como un árbol
que se supiera mujer.
Alta, fuerte, bien vivida,
y en plena madurez.
 
Encontré este libro de Gioconda Belli, Apogeo, en una caja entre muchos papeles. ¿Cómo es que un libro llegó ahí? No lo sé, quizás quedó allí producto de alguna mudanza. Es su interior, una nota de mi amiga Isabel que me decía, que me dedicaba de todo corazón la página 67 del libro, esa que dice:
 
En verdad en verdad les digo:
No hay nada más poderoso en el mundo 
que una mujer.
 
Por eso nos persigue.
 
Y cuando terminé de leerlo, se me escapó una lágrima.