domingo, 28 de diciembre de 2014

Habitat

Foto: Soledad Baudino


 
Marguerite Duras: 'Escribir'

 


Hace un tiempo, visité en París, una exposición muy pequeñita pero interesante, una exposición de textos escritos por Margerite Duras (1914-1996) que se titulaba 'Ecrire á la limite' (Escribir al límite).

Mujer curiosa, escritora, política, cineasta. Realizó más de cuarenta obras literarias y una docena de obras de teatro. Recibió el mítico Premio Goncourt y el Gran Premio de Teatro que otorga la Academia Francesa. Tormentosa, controvertida, comprometida, de fuerte carácter, combativa, extranjera en su tierra y habitada por la soledad, las palabras, la escritura y los silencios, dijo de sí misma: 'Yo soy una escritora, no vale la pena decir nada más.'

 

Me quedo con sus palabras, que comparto:

'La soledad de la escritura es una soledad sin la cual escribir no se produce, o se fragmenta exagüe de buscar qué seguir escribiendo. Se desgrana, el autor deja de reconocerlo. Y ante todo, nunca debe dictarse a secretaria alguna, por hábil que sea, y, en esta fase, nunca hay que dar a leer lo escrito a un editor. [...]

'Alrededor de la persona que escribe libros siempre debe haber una separación de los demás. Es una soledad. Es la soledad del autor, del escribir. Para empezar, uno se pregunta qué es ese silencio que lo rodea. Y prácticamente a cada paso que se da en una casa y a todas horas del día, bajo todas las luces, ya sean del exterior o de las lámparas encendidas durante el día. Esta soledad real del cuerpo se convierte en la, inviolable, de escribir. Nunca hablaba de eso a nadie. "Escribe, no hagas nada más." Escribir: era lo único que llenaba mi vida y la hechizaba. La escritura nunca me ha abandonado.' [...]

'Mi habitación no es una cama, ni aquí, ni en París, ni en Trouville. Es una ventana determinada, una mesa determinada, ritos de tinta negra, huellas de tinta negra inencontrables, es una silla determinada. Y determinados ritos a los que siempre vuelvo, a dondequiera que esté, incluso en los lugares en los que escribo como por ejemplo las habitaciones de un hotel, el rito de tener siempre wisky en mi maleta en caso de insomnios o de súbitas desesperaciones.' [...]

'La soledad no se encuentra, se hace. La soledad se hace sola. Porque decidí que era allí donde debía estar sola, donde estaría sola para escribir libros. Sucedió así. Estaba sola en casa. Me encerré en ella, también tenía miedo, claro. Y luego la amé. La casa, esta casa, se convirtió en la casa de la escritura. Mis libros salen de esta casa. también de esta luz, del jardín. De esta luz reflejada en el estanque. He necesitado 20 años para escribir lo que acabo de decir.' [...]

'Un escritor es algo extraño. Es una contradicción y también un sinsentido. escribir también es no hablar. es callarse. es aullar sin ruido. Un escritor es algo que descansa, con frecuencia escucha mucho. No habla mucho....'[...]

'Escribir a pesar de todo, pese a la desesperación. No: con la desesperación.'