Alice Munro
sea que todo gire alrededor de mi trabajo y mis intereses.”
Alice Munro |
Hoy me había levantado con la firme convicción de escribir aquí sobre Alice
Munro. Estuve leyendo y buscando información sobre esta escritora canadiense,
eterna candidata al Nobel de literatura, y a la que he leído. Una de las cosas
que más me atrajo de su escritura es que nos habla de personajes comunes, como
yo, como vos, como ella, como nuestra vecina, como mi madre y la tuya, nos
habla de hechos cotidianos, aparentemente sencillos:
"La
vida de la gente es suficientemente interesante si tú consigues captarla tal
cual es, monótona, sencilla, increíble, insondable".
Pero nada hay de sencillo ni ordinario en sus
historias. Complejidad y dureza son las palabras que se me ocurren.
En sus historias, así como en lo que deja deslizar
en las entrevistas, Munro toca profundo. Cómo hacer lo que una quiere hacer,
como construir un espacio propio y defenderlo y preservarlo de la vida
doméstica, la maternidad, las culpas de la maternidad, la profesión, los
reveses, la soledad, el amor, la pareja, las hijas, las y los amigos, los
otros, etcéteras y etcéteras.
Leo cuando cuenta cómo hacía para escribir con sus
hijas, y me siento puesta en palabras, me veo a mí misma. Munro cuenta cómo
aprovechaba el tiempo de siesta de las niñas para escribir en el cuarto donde
ha colocado el cuaderno y la máquina. Ese cuarto propio básico para poder
tener, o aspirar a tener, según Virginia Woolf una vida plena estaba para Munro
en el cuarto de la plancha.
"Mira, los bebés finalmente dormían la
siesta, quisieran o no, y entonces yo me ponía a escribir. No estaba pensando
en ellos. Estaba pensando en mí. Quizá habrían sido más felices si yo les
hubiese dedicado más tiempo y menos a mi literatura, no lo sé. Pero para mí no
era una opción, sentía que tenía que luchar por ese espacio propio donde no era
ni mujer ni madre. Hoy todavía me escapo al mismo sillón donde desarrollo mi
vida espiritual. "
Su hija Sheila cuenta en un libro conmovedor (Vida de madre e hijas. Creciendo con Alice
Munro) cómo cuando ella y sus hermanas irrumpían en aquella
habitación su madre retiraba el cuaderno a un lado, como si quisiera dar a
entender que estaba haciendo la lista de la compra. Para ella,
"Cuando un hombre sale de una habitación deja
todo detrás, cuando una mujer lo hace lleva todo lo ocurrido en esa habitación
con ella".
Desde niña se había sabido rara y distinta, y
había comprendido que para no sufrir el escarnio de los demás tendría que
disimular, fingir que acataba las expectativas permitidas a una mujer. Preferir
secretamente la vocación de la literatura a la de la maternidad tenía algo de
impulso de perdición. Así, Alice Munro comenzó a publicar algunos cuentos en
revistas y a recibir alguna atención, pero luego se retiró hacia la vida familiar lo que la llevó a pasar
algunos años de silencio. Esto no duraría mucho. Después, ella se dedicaría a
la escritura con todo ahínco, como una necesidad vital [http://www.javiermarias.es/2005/08/alice-munro-duchess-of-ontario-en-el_06.html. Al respecto dice que a veces “hay
momentos en la vida en los que hay que ser egoísta en un grado tal que, luego,
de mayor, uno pueda condenarlo. De eso trata ser humano.”
Alice Munro dijo en una ocasión: ‘El
triunfo de mi vida ha sido que ninguno de los ambientes en los que me encontré dominaron sobre mí’. Se había hecho una experta en ‘el arte del engaño’,
como decía ella: hacer como que era una esposa y madre normal, y se equilibraba entre el vivir en la superficie del día a día, y su verdadera vida que era la escritura. Se acomodaba a una realidad ficticia para poder mantenerse como observadora, derrochando honestidad en sus cuentos.
Algunos de sus libros son: ‘Las vidas
de las mujeres’, ‘Las lunas de Júpiter’, ‘El progreso del amor’, ‘Amistad de
juventud’, ‘Secretos a voces’, ‘El amor de una mujer generosa’, ‘Odio, amistad,
noviazgo, amor, matrimonio’, ‘Escapada’, ‘Demasiada felicidad’ y muchos
otros. Las invito a descubrirla, probablemente encontrarán puestos en palabras,
muchos de los interrogantes que las mujeres nos planteamos día tras día.
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