¡Roald Dahl!

 

 "Los libros la transportaban a nuevos mundos y le mostraban personajes extraordinarios que vivían unas vidas excitantes. Navegó en tiempos pasados con Joseph Conrad. Fue a Africa con Ernest Hemingway y a la India con Rudyard Kipling. Viajó por todo el mundo, sin moverse de su pequeña habitación de aquel pueblecito inglés." Matilda de Roald Dahl

Roald Dahl (1916-1990) era un escritor inglés muy prolífico que, como todos saben, escribió algunos de los mejores libros infantiles. Memorables son 'Matilda' (1988) o 'Charlie y la fábrica de chocolate' (1964), 'Las brujas' (1983), 'Danny, el campeón del mundo' (1975), 'El dedo mágico' (1966), 'Los gremlins' (1943), 'James y el melocotón gigante' (1961), 'El gran gigante bonachón' (1982).....y muchos muchos más. Algunos de sus libros fueron llevados el cine, contanto con mucho más éxito aún. A Roald le gustaban las aventuras, por lo que se hizo explorador. Piloteó aviones durante la Segunda Guerra Mundial. Pero todo esto lo pueden saber en las innumerables págimas de internet. Un lugar imprescindible para visitar es su página web oficial www.roalddahl.com

Curiosidades!!!¿Se imaginan un club de fans de Roald Dahl? Pues si, lo hay y pueden verlo aquí   www.roalddahlfans.com  donde pueden encontrar innumerables informaciones sobre su obra, su vida.... Y hay más, ¡hay un festival! The Roald Dahl Day y, ¿qué nos falta? Pues sí, han acertado, ¡un museo! www.roalddahlmuseum.org...... 

Ya saben, en los años que vivió en Repton, Cadbury, una de las fábrica de chocolates, enviaba cajas de sus nuevos productos a la escuela para que fueran probados por los niños. Roald soñaba que algún día inventaría un nuevo tipo de chocolate que sería tan bueno que dejaría asombrado al mismo señor Cadbury. Esto le inspiró a la hora de escribir su libro para niños, 'Charlie y la fábrica de chocolate'.  Una anécdota, si le escriben a la fábrica de chocolates Cadbury (de la que se inspiró Dahl), es posible que reciban una sorpresa muy muy dulce.... 

Dice "Dos veces al día, al ir y venir a la escuela, el pequeño Charlie Bucket pasaba justamente por delante de las puertas de la fábrica. Y cada vez que lo hacía empezaba a caminar muy, muy lentamente, manteniendo la nariz elevada en el aire, y aspiraba largas y profundas bocanadas del maravilloso olor a chocolate que le rodeaba. ¡Ah, cómo le gustaba ese olor! ¡Y cómo deseaba poder entrar en la fábrica para ver cómo era!" [ 'Charlie y la fábrica de chocolate]